Si te importan tus empleados, mide su productividad

Joan Pons, CEO de WorkMeter

Si te importan tus empleados, mide su productividad.

El final de un año y el comienzo de otro siempre supone una excelente oportunidad para hacer tabla rasa y tratar de mejorar cosas. Pero, como no nos cansamos de repetir, es complicado superar ningún listón si no se conoce la altura a la que estaba situado previamente. En otras palabras, es difícil mejorar nada sin medir.

Una empresa profesionalizada mide. Lo mide absolutamente todo. Su producción, sus ventas, sus gastos, sus ingresos, sus beneficios… Y también mide el desempeño de sus empleados y la manera en la que invierten su tiempo de trabajo.

Hay quien sigue pensando que incorporar a su empresa sistemas de medición de la productividad o de registro horario es una intromisión en la intimidad de los trabajadores, y es reacio a hacerlo por miedo a la reacción que puedan tener estos. Esta actitud no solo es errónea por distintos motivos (entre otros, porque la Ley obliga a llevar un registro horario de la jornada de trabajo), sino que puede resultar catastrófica desde un punto de vista empresarial. Pero, sobre todo, es perjudicial para los propios trabajadores.

Hay que desterrar de una vez por todas la idea de que medir es una mera forma de controlar o espiar a los empleados

Hay que desterrar de una vez por todas la idea de que medir es una mera forma de controlar o espiar a los empleados. Primero porque, incluso aunque así fuera, la empresa no solo tiene todo el derecho a saber cómo sus trabajadores están usando el tiempo y los medios de producción que pone a su disposición para la realización de su trabajo, sino que necesita hacerlo. De otro modo, le será imposible introducir mejoras, reforzar áreas en las que se detecten deficiencias o corregir errores.

Pero es que, además, son los propios empleados los primeros beneficiados de esas mediciones. Muchos de los enemigos de las herramientas de control de productividad argumentan que los trabajadores son ya mayorcitos para saber lo que tienen que hacer sin necesidad de que la empresa se lo tenga que recordar continuamente. Estoy de acuerdo: la mayoría de los profesionales tienen el suficiente grado de madurez y sentido de la responsabilidad para funcionar autónomamente y lograr los resultados que se espera de ellos sin necesidad de una supervisión constante. Precisamente por eso necesitan que su empresa incorpore sistemas fiables de medición.

Y es que los datos objetivos son ese valioso instrumento que ayuda a los profesionales a corregir sus sesgos cognitivos a la hora de evaluar su propio desempeño. Porque una cosa son las percepciones que uno se hace de su trabajo y otra lo que las métricas nos confirmen o refuten acerca de esas impresiones.

Los datos objetivos son ese valioso instrumento que ayuda a los profesionales a corregir sus sesgos cognitivos a la hora de evaluar su propio desempeño

Las mediciones también proporcionan contexto a las sesiones de feedback con los mandos y permiten establecer comparativas con otros periodos del año o áreas funcionales. Además, cargan de argumentos al trabajador a la hora de solicitar más recursos, formación, refuerzos para su equipo, apoyo de otros departamentos o cambios organizativos que permitan mejorar esas cifras.

Pero, por encima de todo, permiten al trabajador saber en qué punto está y le ayudan a marcarse objetivos, identificar deficiencias y puntos de mejora que le permitan crecer como profesional.

Incorporar y utilizar herramientas digitales de evaluación de productividad no supone en modo alguno traicionar la confianza de la plantilla. Muy al contrario, es darle una valiosa herramienta para que sus miembros sigan creciendo como profesionales. Por eso, si de verdad le importa su empresa y le importan sus trabajadores, el mejor regalo que les puede hacer para 2025 es medir su productividad.