LinkedIn, entre las modas y las tendencias de futuro
La plataforma profesional es un escaparate de innovación, liderazgo y transformación, pero también de hypes y exageraciones
En el vasto ecosistema digital, pocos entornos reflejan las aspiraciones tecnológicas con tanto entusiasmo como LinkedIn. La plataforma profesional por excelencia también se ha convertido en un hervidero de modas y tendencias. Es un escaparate de innovación, liderazgo y transformación constante, pero también un escenario donde las modas, tanto tecnológicas como organizacionales, se propagan con gran rapidez: virales, efímeras, a veces exageradas. Algunas de estas tendencias parecen prometer un futuro brillante para quienes las adoptan; otras, en cambio, se desvanecen tan rápido como llegan.
Por eso, vale la pena revisar algunas de las modas más llamativas que han pasado por LinkedIn en los últimos años —y de las que, seamos honestos, muchos hemos sido parte en algún momento para dar visibilidad a nuestros perfiles o «socializar» en esta red profesional—. Algunas han venido para quedarse. Otras han sido más fugaces. Y otras, simplemente, no eran lo que esperábamos. Y es que, quizá el germen de muchas de estas modas haya sido la idea de construir una «marca personal». El concepto parecía claro: todos somos una marca, y esa marca debe ser visible, diferenciada y atractiva para captar la atención de empresas, clientes o socios. De ahí la proliferación de perfiles con titulares sofisticados y presentaciones cuidadosamente redactadas.
La marca personal se ha vuelto un concepto tan generalizado que, muchas veces, resulta difícil distinguir una autenticidad genuina de un intento de parecer «profesional» ante la comunidad de LinkedIn. ¿Has notado que muchas publicaciones son similares entre sí? Consejos de motivación, historias personales de superación, frases sobre productividad… Sin embargo, más que reflejar una verdadera propuesta de valor, muchos perfiles se convirtieron en vitrinas de logros, fotos perfectas y mensajes vacíos. Y, aunque la marca personal sigue siendo importante, hoy se valora más la autenticidad que el marketing puro y duro. Las audiencias buscan contenido real, relevante y, sobre todo, humano. Se trata de ser genuino y coherente con lo que realmente ofreces.
La marca personal se ha vuelto un concepto tan generalizado que, muchas veces, resulta difícil distinguir una autenticidad genuina de un intento de parecer «profesional» ante la comunidad de LinkedIn
En la última década, hemos sido testigos de cómo ciertos temas se convertían en el centro de conversación, fuente de inspiración e incluso foco de inversión. Las empresas ajustaban sus estrategias, los profesionales incluían nuevas palabras clave en sus perfiles y los webinars proliferaban sin cesar. Sin embargo, muchas de estas promesas no se materializaron. Hoy, algunas de esas quimeras brillantes apenas se mencionan.
Coaching
Aquel movimiento centrado en el crecimiento personal y profesional pronto se convirtió en una moda, impulsada por figuras que, en muchos casos, carecían de la formación o la experiencia necesarias para aplicarlo de manera efectiva. De repente, parecía que todos necesitaban un coach para alcanzar su máximo potencial. Es cierto que esta metodología sigue siendo valiosa cuando se lleva a cabo correctamente, pero la saturación de profesionales —muchos de ellos sin credenciales— ha llevado a que muchos cuestionen la efectividad y la ética de esta tendencia.
La mitificación del «éxito», el malestar generalizado en la población, así como la necesidad de cambios y adaptación a un nuevo mundo, propició la proliferación de formaciones y productos que prometen una vida mejor. En este contexto, el movimiento de la «new age» ha encontrado un terreno ideal para crecer y expandir sus ideas, fusionando a menudo prácticas espirituales con técnicas de autoayuda y desarrollo personal.
eCommerce
¿Quieres ser tu propio jefe? ¿Sueñas con vender desde tu casa? ¿Buscas la libertad financiera? El auge del comercio electrónico trajo una invasión de publicaciones sobre cómo generar ingresos a través de tiendas online. Desde el dropshipping hasta los productos handmade (creados a mano), parecía que todo el mundo quería vender algo. Sin embargo, la realidad de la mayoría de los emprendedores de eCommerce fue un poco diferente. Detrás de la aparente facilidad de crear una tienda online y ver las ventas llegar, había muchos obstáculos que no siempre se mencionaban. Desde temas fiscales, el manejo de inventarios, pasando por los problemas de logística, hasta la saturación de nichos de mercado, muchos de estos negocios terminaron en el olvido.
Aunque el eCommerce sigue siendo una opción viable, la moda de «hacer dinero fácil desde casa» se ha ido desinflando. Los emprendedores digitales más exitosos ahora son los que se centran en crear valor real, conectar con sus audiencias y ofrecer productos que realmente resuelvan problemas.
Los emprendedores digitales más exitosos ahora son los que se centran en crear valor real, conectar con sus audiencias y ofrecer productos que realmente resuelvan problemas
NFT
Lo que comenzó como una revolución artística y vinculada al mundo cripto pronto se transformó en una fiebre por encontrarle aplicaciones en el ámbito empresarial. Los NFTs (tokens no fungibles) no tardaron en irrumpir en el mundo corporativo: diversas marcas lanzaron colecciones digitales, organizaron eventos exclusivos con acceso mediante NFT e incluso desarrollaron programas de fidelidad basados en tecnología blockchain. En LinkedIn, el discurso era claro: quien no comprendía los NFTs estaba perdiendo el tren del futuro. No tardaron en aparecer consultores especializados en «estrategia NFT» y promesas de transformación digital a través de coleccionables virtuales. Pero la realidad fue muy distinta. La mayoría de estos proyectos resultaron ser copias poco funcionales, sin impacto real ni sostenibilidad. El público general no entendía cuál era la propuesta de valor, y muchas plataformas colapsaron junto con la caída del mercado cripto. Lo que se vendía como innovación terminó siendo, en muchos casos, puro marketing con demasiado «humo».
En LinkedIn, el discurso era: quien no comprendía los NFTs estaba perdiendo el tren del futuro
Actualmente, hablar de NFTs en un entorno empresarial es casi tabú. Muchas marcas han eliminado todas las referencias a esos experimentos fallidos de sus páginas y porfolios.
Asimismo, especialmente cuando el precio de Bitcoin se disparaba, empresas comenzaron a aceptar criptomonedas como forma de pago, e incluso algunas empezaron a pagar sueldos en este tipo de «dinero virtual», celebrando una «nueva era financiera». Pero la volatilidad y la falta de claridad legal hicieron que esta opción se volviera inviable, por lo que la mayoría revirtieron su decisión, volviendo a métodos tradicionales.
Metaverso
En 2021 Mark Zuckerberg anunció que Facebook se convertiría en Meta, y el mundo empresarial se volcó hacia el Metaverso. De pronto, empresas tecnológicas, consultoras y startups prometían revolucionar la experiencia laboral a través de mundos virtuales 3D. LinkedIn se convirtió en el epicentro de esta fiebre, y rápidamente pudimos ver imágenes de avatares, renders futuristas y hashtags como #MetaverseForWork.
Lo que parecía ser la próxima gran revolución digital, la promesa de vivir, trabajar y socializar en mundos virtuales 3D, se topó con la cruda realidad: la falta de adopción masiva, las limitaciones tecnológicas y, sobre todo, la falta de interés por parte de los usuarios.
Mientras algunas empresas siguen invirtiendo en la creación de estos mundos «paralelos», la gran mayoría ha vuelto a centrarse en lo que realmente funciona: reuniones virtuales y herramientas colaborativas más sencillas.
Entre el hype y la realidad
Las modas vienen y van. LinkedIn es, en muchos sentidos, un reflejo de lo que la industria aspira, sueña y, a veces, exagera. Estas tendencias no son fracasos absolutos, sino recordatorios de que la innovación sin propósito —o sin adopción real— termina convirtiéndose en ruido. El entusiasmo es necesario, por supuesto. Pero también lo es el pensamiento crítico. No se trata de despreciar la innovación, sino de entender cómo el hype puede alejarse de la realidad.
Lo más importante es no perder de vista lo esencial: las relaciones auténticas, el aprendizaje continuo y la capacidad de adaptarse a los cambios. Al fin y al cabo, la verdadera esencia de LinkedIn es el desarrollo profesional, no las tendencias pasajeras.
Estas tendencias no son fracasos absolutos, sino recordatorios de que la innovación sin propósito —o sin adopción real— termina convirtiéndose en ruido
Ya estamos siendo testigos de una nueva ola: la inteligencia artificial. Aunque la IA parece haberse adoptado con rapidez en muchos sectores, su sobreexposición ha generado más confusión que claridad. No todo el contenido relacionado con ella resulta útil: algunos posts mencionan «IA» como si fuera una palabra mágica destinada a atraer interacciones, mientras que otros prometen resultados instantáneos y poco realistas. Sin embargo, quienes realmente comprenden su potencial y saben aplicarla de forma ética y estratégica serán, probablemente, quienes lideren los próximos grandes cambios.
Ahora bien, esto no impide que sigan surgiendo nuevos términos de moda, gurús de lo disruptivo, cursos exprés y predicciones futuristas. La clave, como siempre, estará en mantener el criterio y cultivar un espíritu crítico que nos permita distinguir entre lo que es una simple moda y lo que realmente representa el futuro.