Los jóvenes dudan de la calidad del empleo que les espera

Perciben una mayor inestabilidad y un deterioro de las condiciones laborales que genera desconfianza sobre el futuro del trabajo

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Los jóvenes no parecen tener muy buenas expectativas sobre las condiciones de su empleo futuro, aunque si se muestran confiados de su capacidad y sus competencias para conseguirlo. Así se desprende del ‘X Informe Young Business Talents: La visión de los jóvenes’, realizado entre preuniversitarios que cursan 4º de la ESO, 1º y 2º de Bachillerato y los ciclos básico, medio y superior de Formación Profesional, que revela en concreto que un 44,3% de los jóvenes cree que la calidad del empleo empeorará en los próximos cinco años, frente a un 30,6% que piensa que la situación será igual y a solo un 25,1% que opina que irá a mejor.

Sin embargo, los encuestados muestran seguridad y autoestima en cuanto a su capacidad para encontrar trabajo. De hecho, dos de cada tres confían en que conseguirán un empleo en menos de un año tras finalizar sus estudios, y apuntan al interés y las ganas de trabajar como el factor más importante para lograrlo, seguido de un buen nivel de idiomas, los conocimientos adquiridos y la experiencia.

La educación superior es también el destino formativo para dos de cada tres preuniversitarios encuestados, que preferentemente estudiarán una carrera en áreas como Empresas y Economía (32,7%), en Marketing y Publicidad (23,4%), en Derecho (18,6%) o Magisterio (17,2%), que son las ramas que despiertan un mayor interés. La vocación se presenta como la principal motivación para elegir los estudios, aunque también tienen un peso importante, en este orden, las salidas laborales y la posibilidad de ganar dinero.

Dos de cada tres confían en que encontrarán un trabajo en menos de un año tras finalizar sus estudios

Un tercio de los jóvenes preuniversitarios quiere emprender o trabajar como autónomo, lo que supone el dato más alto en los últimos seis años, mientras que otro tanto se muestra indeciso, uno de cada cinco quiere ser funcionario y apenas uno de cada diez se inclina por ser empleado en una empresa. Los sectores preferidos por los jóvenes para emprender son el comercio, el deporte, la economía colaborativa, la educación y la formación.

Brecha generacional

Por otro lado, el informe también evidencia una mayor brecha generacional en las familias, ya que los jóvenes creen estar mejor preparados que sus padres y que, por tanto, podrán obtener un trabajo mejor. “En general, se puede decir que el nivel de estudios de los jóvenes es superior al de sus padres por diferentes factores: la educación obligatoria se ha extendido a los 16 años, existe una mayor oferta educativa, más oportunidades formativas y, por tanto, en este sentido sí que probablemente hay más preparación”, indica Nuño Nogués, director del estudio.

No obstante, añade Nogués, si bien hay una serie de conocimientos en los que se encuentran mejor preparados, como pueden ser las competencias digitales, audiovisuales o de comunicación, “hay otras en las que están objetivamente peor preparados, como la comprensión lectora, matemáticas, gramática o conocimientos culturales”.

Más internacionales

Los jóvenes españoles también tienen la mirada puesta en el exterior. Siete de cada diez tiene claro que emigraría si tuviera la posibilidad de cambiar de país por trabajo, una disposición que los autores del informe atribuyen más a cuestiones emocionales e intereses que a condiciones meramente económicas o laborales. Vivir una experiencia nueva (47,72%), tener un mejor salario (26,54%), la falta de oportunidades en España (16,94%) o aprender idiomas (9,66%) serían las principales razones para abandonar el país. Estados Unidos lidera el ranking de los destinos más atractivos, seguido de Reino Unido, Italia y Alemania.

La Inteligencia Artificial ha sido asimismo objeto de este estudio, en el que nueve de cada diez jóvenes considera que esta tecnología cambiará el mundo tal y como lo conocemos, y ocho de cada diez, que tendrá un impacto directo negativo sobre el empleo y quitará puestos de trabajo. Prácticamente la mitad admite que la emplea para hacer trabajos; a uno de cada cinco le interesa pero no la utiliza porque no conoce bien en qué consiste; uno de cada seis manifiesta que no le interesa y uno de cada ocho la usa solo como un juego.

Sea como fuere, los expertos alertan de los peligros que entraña el uso de herramientas de Inteligencia Artificial en este colectivo. “Corren el riesgo de convertirse en meros ‘copistas’ que reflejan lo que les dice la IA, perdiendo la capacidad de pensamiento crítico, la capacidad de esforzarse y probablemente la asimilación de conceptos. No me fijo en lo que copio, no busco en diferentes fuentes ni comparo, no genero una opinión propia, simplemente pongo lo que dice la IA, que doy por hecho que debe ser correcto”, explica el director del informe.