Hacia el cierre de la brecha de género

Marta Grañó, profesora de liderazgo en OBS Business School

Hacia el cierre de la brecha de genero.

En el siglo XXI la igualdad de género se ha establecido como un objetivo prioritario en las agendas sociales, políticas y económicas a nivel global. No obstante, los avances hacia una representación equitativa entre hombres y mujeres en posiciones de liderazgo y roles de alta visibilidad continúan siendo débiles. En 2025 las mujeres aún enfrentan una significativa brecha de género que limita su acceso a posiciones clave en el ámbito empresarial y a escenarios de gran reconocimiento público. Y Aunque en el ámbito corporativo se ha avanzado significativamente en las últimas décadas, las mujeres representan solo el 10% de las CEO en las empresas del Fortune 500. Estas cifras son incluso más desalentadoras en determinados sectores como el tecnológico.

En 2024 la brecha de género estaba cerrada en un 68.5% dentro de los 146 países analizados por el Índice Global de la Brecha de Género. Europa lidera el ranking con un 75% después de avanzar 6.2 puntos porcentuales desde 2006. Islandia alcanza el 91% de paridad frente al 62% de Turquía. Y la región avanza modestamente en participación económica (67.8%) y lidera en empoderamiento político (36%). En el lado opuesto se encuentran Oriente Medio y África del Norte, con un 61.7% de paridad y un avance de 3.9 puntos desde 2006. La participación económica en estas zonas sigue siendo baja (43.1%), mientras que la paridad educativa (97.2%) refleja mejoras en alfabetización; en empoderamiento político (11.7%) se registran avances importantes, aunque insuficientes.

Según datos de Naciones Unidas, las mujeres ganan en promedio el 80% de lo que perciben los hombres por trabajos de igual valor

Las mujeres en promedio ganan aproximadamente el 80% de lo que perciben los hombres por trabajos de igual valor según datos de Naciones Unidas. Esta disparidad salarial refleja no solo diferencias en la remuneración directa, sino también en el acceso a oportunidades laborales, promociones y condiciones de trabajo equitativas. La falta de legislación que garantice la igualdad salarial contribuye a la perpetuación de estas desigualdades y, de hecho, en 93 de los 190 países analizados no existe una normativa que obligue a la igualdad salarial por un trabajo de igual valor. La ausencia de marcos legales robustos permite que prácticas discriminatorias persistan, afectando negativamente la participación económica de las mujeres y su empoderamiento financiero. La situación es preocupante en regiones como Asia del Sur, donde el 80% de los países carecen de leyes que aseguren la igualdad de remuneración entre géneros. Además, en muchos de estos países las mujeres enfrentan restricciones legales que limitan su libertad para elegir empleo, lo que contribuye a la segregación ocupacional y a la perpetuación de roles de género tradicionales.

La ausencia de marcos legales robustos permite que prácticas discriminatorias persistan, afectando negativamente la participación económica de las mujeres y su empoderamiento financiero

Pero el área donde sin duda la representación femenina sigue siendo significativamente baja es el campo de los trabajos STEM y de la inteligencia artificial (IA), donde los empleos suelen ofrecer oportunidades de crecimiento y salarios competitivos. Las mujeres representan únicamente el 28.2%, en cambio siguen ocupando empleos con menor crecimiento y remuneración, los cuales son más vulnerables a cambios negativos en el corto plazo. Ante este panorama, es necesario abordar las desigualdades estructurales para garantizar una participación equitativa en el mercado laboral. Las estrategias para abordar la brecha de género deben incluir políticas corporativas diseñadas para fomentar la inclusión. Y para ello es necesario que las organizaciones midan y monitoricen la proporción de mujeres en posiciones de liderazgo, porque el primer paso es el autoanálisis y la consciencia del punto en el que realmente se encuentran. También los cambios culturales juegan un papel fundamental, y estos se deben producir a través de la promoción de la igualdad de género desde edades tempranas.

Las soluciones compartidas entre sectores están comenzando a generar impacto. Una de las más efectivas es el uso de herramientas de inteligencia artificial para eliminar sesgos en la contratación, como las plataformas que ocultan información sobre género en currículums para garantizar una evaluación imparcial. Asimismo, la capacitación en sesgos inconscientes para líderes y equipos de recursos humanos se ha convertido en una práctica cada vez más adoptada por empresas que buscan un cambio cultural sostenido. En definitiva, reducir la brecha de género requiere un esfuerzo coordinado entre políticas corporativas, educación inclusiva y transformaciones culturales, y el liderazgo inclusivo emerge como un motor clave para impulsar este cambio.