¡Feliz (y emocionante desde el punto de vista laboral) año 2025!
Editorial
El año 2025 ya está aquí y se ha presentado repleto de desafíos y oportunidades para el mundo del empleo y la formación. Si 2024 finalizó por todo lo alto con noticias como el aparente fin de la situación de precariedad de los ‘riders’ de Glovo, tras el anuncio realizado por la compañía de que abandona con carácter inmediato y retroactivo el modelo de los falsos autónomos para pasar a uno laboral, o el acuerdo de reducción de jornada a 37,5 horas, firmado por Yolanda Díaz y los sindicatos mayoritarios pero sin el apoyo de las asociaciones empresariales, el nuevo año que consume sus primeras horas promete no andarle a la zaga a su predecesor en cuanto a ‘hits’ laborales.
Saber la fecha exacta en la que esta reducción de jornada será una realidad es, de hecho, la primera gran incógnita que inaugura el año. Según el acuerdo suscrito por el Ministerio de Trabajo con UGT y CCOO, los convenios colectivos vigentes disponen hasta el 31 de diciembre de 2025 para adaptarse a la nueva jornada semanal de 37,5 horas en cómputo anual. Sin embargo, para que el reloj comience a contar oficialmente la medida todavía debe obtener la aprobación parlamentaria, un trámite que no se antoja nada sencillo.
Por lo que se refiere a las cifras macro, la Encuesta de Población Activa (EPA) correspondientes al último trimestre del año confirman la tendencia positiva que sigue el mercado laboral en España, con una ganancia en el número de ocupados durante 2024 de 501.952 personas respecto al periodo anterior. Además, el número de parados se redujo en 146.738, lo que ha permitido que nuestro país termine por debajo de los tres millones de parados (2,56 millones) la menor cifra en 17 años.
Con todo, la tasa de desempleo en España sigue siendo del 11,7%, aún muy lejos de la media europea (6,4%), algo que indica de manera elocuente que queda mucho por hacer en los próximos doce meses. Otras sombras proyectadas por estas cifras y que suponen claras líneas de mejora para el periodo entrante hacen referencia al reparto de ese empleo creado, donde el crecimiento del empleo público ha ‘maquillado’ las caídas del privado, o a la calidad del mismo, con predominio de las medias jornadas, los contratos en prácticas o la temporalidad.
El nuevo año que consume sus primeras horas promete no andarle a la zaga a 2024 en cuanto a ‘hits’ laborales
Volviendo al ámbito normativo, otra de las novedades que presumiblemente se producirán a lo largo del nuevo curso es un cambio en la regulación del control horario en España. Hace ya cinco años que el Real Decreto-ley 8/2019, de 8 de marzo, de medidas urgentes de protección social y de lucha contra la precariedad laboral en la jornada de trabajo, estableció la obligatoriedad para las empresas de llevar un registro horario de la jornada realizada por sus trabajadores. Entre las nuevas disposiciones que llegan este año, está la imposición de que ese registro se realice de forma digital a través de algún tipo de software que consigne ese registro de las entradas y salidas de manera informatizada. La fecha exacta de la puesta en marcha de esta medida es otro de los misterios pendiente de desvelar, aunque todo hace indicar que será a lo largo de 2025.
La obligatoriedad de aplicar software de control horario no hace sino confirmar la que sin duda será otra de las tendencias del periodo recen iniciado: el creciente impacto de la digitalización en los procesos y dinámicas laborales. En ese sentido, la IA se postula como la tecnología estrella de la gestión de personas durante el año. Un invitado al que se recibe con los brazos abiertos por las indudables ventajas que puede aportar tanto a empleadores como a empleados, pero también con cautela y atención por la dificultad de calibrar las implicaciones del uso de esos algoritmos desde un punto de vista ético y de preservación de los derechos de candidatos y trabajadores.
La IA se postula como la tecnología estrella de la gestión de personas durante el año
En el plano de la formación para el empleo, ayudar a superar la brecha digital de las personas debe seguir siendo un objetivo prioritario para empresas y administraciones. Especialmente en un contexto de gran paradoja laboral en España, en el que, pese a prácticamente doblar la tasa de desempleo europea, las empresas no dejan de lamentarse de la falta de personal cualificado en el ámbito tecnológico. En ese sentido, redoblar los esfuerzos en capacitación es imprescindible para tratar de atajar este gap. Pero también se echa en falta un cambio de chip y mayor amplitud de miras por parte de las empresas, para que vayan más allá del unicornio laboral del ‘tecnólogo-hombre-generación zeta’ que tanto parece gustarles para cubrir este tipo de posiciones. Seguir trabajando para que cada vez más mujeres rompan esa barrera, fomentando entre las niñas y jóvenes las carreras STEM, es otra de las vías que deben seguir impulsándose en ese sentido.
Hablando de sesgos, ese enemigo invisible (pero muy patente con las cifras de desempleo en la mano) que es la discriminación por edad es otro de los grandes muros a derribar durante 2025. Un desafío especialmente difícil debido a la hipocresía con que muchas empresas abordan la cuestión. Públicamente, todas niegan la mayor cuando se les pregunta si practican el edadismo laboral, pero, salvo honrosas excepciones, de puertas para adentro sus cifras de contratación de mayores de 50 años desmienten el hermoso discurso de diversidad e inclusión que pregonan.
El futuro del teletrabajo, cuando se cumplen cinco años desde que el Covid-19 prácticamente lo impusiera de la noche a la mañana en España, es otro de los melones laborales por abrir en los meses venideros. Y es que cuando parecía que las cifras de productividad avalaban su permanencia, empiezan a asomar grietas en forma de críticas que cuestionan su validez desde el punto de vista empresarial.
En definitiva, el año 2025 se presenta apasionante y repleto de retos y posibilidades para el mundo del trabajo. Y MetaEmpleo estará ahí para contarlos.